UN CUENTO DE NAVIDAD

Las ultimas hojas cayeron, el otoño había terminado dando paso a un invierno amenazante, severo…

Ella caminaba con las manos en las bolsas y una leve sonrisa escapaba de su boca, ahora sabia que lo que había sentido durante las ultimas semanas no eran solo mareos sino una persona creciendo dentro de ella, un bebe…
Ahora tenia una razón para seguir, para vivir y esforzarse, un bebe era la promesa de hacer una diferencia, darle el amor y la comprensión que ella no había recibido en su niñez, hacer feliz a su bebe era en lo único que pensaba.

Caminaba hacia su casa pensando como anunciaría la noticia, entonces pensó que seria lindo dar la noticia en la cena de noche buena, toda la familia reunida en un ambiente tranquilo, festejando la navidad…
Primero hablo con el padre de su bebe, el dijo que no podía hacerse cargo, que lo lamentaba pero que no podía hacer nada por ella y unos días después de mudo a una ciudad al otro lado del país. A ella no le importo, sabia que podía hacerlo sola, con el amor que le tenia a su hijo nada le faltaría.

El 24 de diciembre a las ocho de la noche empezaron a llegar los invitados, su familia se dio cuenta de inmediato que algo había cambiado en ella, sus ojos reflejaban dulzura y no paraba de sonreír. La velada transcurrió tranquila y cuando estaban por servir el café ella solo murmuro: “estoy embarazada”, toda la familia guardo silencio, hasta que su madre empezó a gritar, la insulto y la maldijo, ella solo se quedo callada, ahí sentada en medio de una mesa llena de familiares que le daban la espalda su padre solo dijo con voz tranquila: “Vete, ya no eres bien recibida aquí, no queremos saber nada de ti ni de tu bebe. Nunca.”

Eran las doce de la noche y la navidad empezaba con lágrimas en sus ojos, su vida había cambiado con dos palabras, ya no tenia casa, familia, ni pareja, las calles solas y las luces por todas partes. La tristeza recorrió todo su cuerpo dando paso a las lágrimas y la desesperación, siguió caminando, no tenia rumbo ni nadie a quien acudir, estaba sola…

El frío hacia que los pies se le entumieran, sus manos se estaban poniendo rígidas y la cara le dolía, el aire quemaba sus mejillas, caminaba para no sentir el frío pero no funcionaba…

Llego a una plaza y se sentó en una banca, se abrazo las piernas para proteger su vientre del frío, temblaba, lloraba y recorría el lugar con la mirada, desesperada tratando de encontrar ayuda, seguía sola…
Poco a poco se fue quedando dormida, bloqueo su mente y soñó con un lugar cálido donde su bebe crecía y ella se sentía feliz, tranquila.

Cuando despertó estaba en una cama en el hospital, un dolor agudo atravesaba su estomago, abrió los ojos y las sabanas estaban llenas de sangre, el doctor le explico que debido al cansancio y el clima había sufrido una ligera hipotermia, no pudieron salvar al bebe…

Ella lloraba y gritaba, negándose a la realidad, ahora realmente estaba sola…
Antes de salir el doctor le dijo: “ahora trate de descansar y feliz navidad.”


atte:
MOSHI (la pequeña Pao)